Las arrugas en la cara, son producidas por las constantes contracciones de los músculos faciales. Dichas contracciones actúan sobre la piel a lo largo del día, produciendo las características “patas de gallo” en la zona cercana a los ojos y arrugar en el entrecejo y frente, dándole así una apariencia cansada al rostro y por ende sumándole edad.
Hoy en día, este tratamiento es uno de los más utilizados a nivel mundial para conseguir la mejoría temporal de arrugas moderadas y profundas, de forma fácil y libre de complicaciones. De la misma forma, la Toxina Botulínica constituye uno de los mejores tratamientos estéticas para prevenir la formación de futuras arrugas.
El tratamiento con toxina botulínica tipo A, es muy eficaz, seguro y cómodo para el paciente. Posee una utilidad demostrada como técnica no invasiva de rejuvenecimiento facial, ya que es capaz de eliminar gran parte de las arrugas producidas por la contracción de los músculos faciales, principalmente en las zonas de la frente, entrecejo, contorno del ojo, perímetro de la boca y cuello.La sustancia utilizada para este tipo de tratamiento es en realidad una proteína natural purificada que se extrae de la toxina botulínica. Este principio actúa en la unión neuromuscular, es decir, en el lugar donde confluye el nervio responsable de la contracción del músculo y dicho músculo. Para ello se inyecta en la terminación nerviosa, donde inhibe la liberación de las vesículas que contienen neurotransmisores llamado acetilcolina, responsable de activar la contracción muscular.
De esta forma, los músculos disminuyen su capacidad de contracción, alcanzando el máximo efecto en 15 días y la inactivación neuromuscular se mantiene por un período de entre 4-6 meses.
La seguridad de los tratamientos estéticos realizados con esta sustancia ha sido probada en estudios médicos a lo largo de 20 años, lo que certifica que se trata de una terapia segura, eficaz y bien tolerada. Sus efectos no son a nivel sistémico siempre que se respeten las dosis y zonas adecuadas de inyección.
De ahí la importancia de que el tratamiento sea realizado por un especialista en anatomía facial, que conozca la estructura muscular y nerviosa de las zonas donde ha de aplicarse como también la dosis adecuada para cada tipo de arruga.El tratamiento, que dura entre 15 y 20 minutos, se lleva a cabo a través de inyecciones en los músculos. Estas infiltraciones se realizan mediante un pequeño pinchazo, prácticamente imperceptible, con una aguja muy fina.La principal indicación posterior al tratamiento, es evitar acostarse durante las 4 horas posteriores, con el fin de evitar la migración de la sustancia. Se recomienda mantenerse sentado o de pie.